La leyenda del tigre y el zorro


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Un tigre hambriento consiguió atrapar un zorro y se dispuso a devorarlo. Disimulando su terror y sacando fuerzas de flaqueza, el zorro, en su intento por sobrevivir, dijo:

—¡Un momento! ¡Deténte! Te aseguro que yo soy el rey de los animales del bosque. Tal es el mandato del Dios Celestial que nadie puede desobedecer. A pesar de tu mucha fuerza, no podrás hacerme ningún daño, pues, si lo intentaras, serías severamente castigado por el Cielo.

—¡Vaya! —exclamó sorprendido el tigre—. Jamás había oído cosa semejante. ¿Cómo puedes demostrarme que efectivamente eres el rey de los animales del bosque por decreto del Dios Celestial?

—Nada es más fácil que eso —declaró el zorro, aparentando seguridad y arrogancia—. Ahora vamos a dar un paseo por el bosque. Tú sígueme a corta distancia y observa cómo todos los animales huyen de mí.

Componiendo la figura y pisando con firmeza, el zorro comenzó a caminar airosamente, seguido a corta distancia por el tigre. El felino se quedó totalmente perplejo cuando comprobó que los animales salían corriendo al paso del zorro, sin percatarse de que era del feroz tigre y no del inofensivo zorro del que huían.

¿Sabrías sacar tú una moraleja?

Leyenda china

El tigre blanco y el joven leñador


En un lugar de China, en una pequeña aldea, vivía un joven leñador con su anciana madre.

Un buen día el joven, llamado Fu-Ying, le dijo a su madre:

– Ya casi no quedan árboles cerca de nuestra aldea. Voy a tener que ir hacia la región dechinese-kids-chinese-new-year las montañas para encontrar buena leña para venderla en el mercado y así pasar un buen invierno.

La mujer miró hacia el camino que salía de la aldea y vio la región de las montañas a lo lejos, muy lejos, tan lejos que parecían perderse en el cielo. Entró en la casa y preparó mucha comida y bebida para el viaje de su hijo. Se despidió de él con lágrimas en los ojos y le vio marcharse por el camino.

El joven leñador llegó a las montañas donde pasó tres largos días cortando leña de los milenarios árboles que allí había.

Cuando estaba cortando un gran árbol, el último día, cayó al suelo agotado por tanto esfuerzo. Se quedó completamente dormido.

De repente se despertó sobresaltado porque sintió una presencia cercana a él. Abrió los ojos y vio un gigantesco tigre blanco que le miraba fijamente.

Fu-Ying invocó a todos los espíritus de sus antepasados pidiéndoles que le protegiesen. Sorprendentemente no le atacó, sólo le miraba con unos ojos profundamente tristes aquel extraño tigre blanco.

El joven se armó de valor y le dijo al tigre:

– Ya veo que no quieres atacarme, creo que te pasa algo. ¿Puedo ayudarte en algo? Estaría encantado.

Entonces el tigre movió la cabeza afirmativamente y extendió una de sus patas delanteras hasta las manos del leñador. Éste comprendió que estaba herido y vio que tenía una espina clavada y sangraba por la herida. Ello es lo que le hacía sufrir.tigre blanco

Con mucho cuidado sacó la espina y limpió la herida. El tigre se lamió la zona herida, miró fijamente al joven y se alejó caminando despacio.

El joven leñador regresó a su aldea pensando en su encuentro con aquel tigre blanco. Al llegar le contó lo sucedido a su madre. Ella creyó que el espíritu de su marido, que había muerto hacía mucho tiempo, era el que había protegido a su hijo de las garras de aquel extraño tigre.

Al cabo de varios meses, una mañana en la que el joven se disponía a buscar leña como cada día, encontró en la puerta de su casa un ciervo muerto.

Sorprendido, llamó a su madre, la cual se puso muy contenta y dijo: somos muy afortunados porque este ciervo ha venido a morir a nuestra casa para darnos comida para toda la semana, estoy segura de que es el espíritu de tu padre el que nos protege.

El joven pensaba y le parecía muy raro todo ello. Ese ciervo seguramente habría sido atacado por aquel tigre blanco y no entendía cómo éste le había dejado en la puerta de su casa.

Pasaron varios días y de vez en cuando aparecían más animales muertos en la puerta de la casa del leñador.

La madre pensaba que era muy raro lo que sucedía. Creía que no existía ningún animal capaz de agradecer así las cosas. Pero su hijo estaba convencido que igual que el tigre se acercó a pedirle ayuda allí en las montañas, aunque también era algo raro, podía comportarse de esa manera para mostrar su agradecimiento.

Aquella misma noche el joven leñador decidió permanecer despierto en la puerta de su casa y así agradecer al tigre que le dejara esos animales en su puerta. Pero poco antes del amanecer el sueño le venció y se quedó profundamente dormido.

p chinaCuando despertó se quedó asombradísimo pues en la puerta de su casa estaba tendida en el suelo una bella joven. Parecía desmayada e iba vestida con unas finas ropas dignas de una princesa.

Cogió en brazos a la joven, la llevó dentro de la casa e intentó reanimarla con una bebida hecha con arroz.

De repente se escucharon voces alrededor de la casa y numerosos soldados se acercaron gritando:

– Abrid inmediatamente. Sabemos que tenéis a la hija del rey. Salid y rendíos.

El joven leñador salió muy asustado. Los soldados amenazantes le preguntaron también que dónde tenía escondido al tigre blanco que había raptado a la princesa. Perplejo, Fu-Ying les dijo que no sabía de qué tigre blanco le hablaban.

Los soldados no le creyeron y sacaron a la princesa que ya se había despertado y comenzaron a registrar toda la casa en busca del tigre. Como no encontraron nada se acercaron al joven y el dijeron:

– Sabemos que pretendes engañarnos y que te has disfrazado de hombre; por eso no tienes las rayas negras que todos los tigres tienen y por eso apareces así tan blanco con tu disfraz de fiera.

El joven les contaba una y otra vez su historia pero los soldados no le creían. Entonces le encerraron en una jaula de plata y le llevaron a la plaza del mercado de la ciudad.

Todos los habitantes se acercaban a contemplarle, le tiraban de los pelos del bigote, le acariciaban, le insultaban…

Pasaron los días y se celebró un juicio. El joven les contaba una y otra vez su historia. Pero nadie le creía, y tampoco el juez que le condenó a morir en la horca.

Cerca de la plaza, en el palacio, estaba la princesa muy triste porque ella era la única que creía lo que decía el joven leñador. Además se había enamorado perdidamente de él.

Llegó el día en que el joven debía ser ahorcado, esa mañana apareció extrañamente nublada. Casi todos los habitantes de la ciudad se habían acercado hasta la plaza para ver como ahorcaban al joven Fu-Ying; y porque además existe una vieja leyenda china que decía que cuando un hombre-tigre muere ahorcado por no decir la verdad, de su corazón brota un maravilloso diamante. Todos estaban expectantes por ver lo que ocurría.

Al llegar el mediodía el rey dijo:em. chino

– Ahorcad a ese hombre-tigre y que el cielo sea nuestro testigo.

De repente se oyó un terrible rugido. Las gentes se quedaron atónitas al ver acercarse hacia la plaza una gran manada de tigres guiados por un hermoso tigre blanco.

El rey se quedó perplejo y dijo:

– ¿Cómo hemos podido ser tan necios? El joven leñador dice la verdad. Dejadle en libertad.

El joven se abrazó emocionado al tigre blanco, los hombres y mujeres que allí estaban no pudieron reprimir las lágrimas.

El rey, al ver la ternura del leñador con el tigre, pensó que si era capaz de ser así con un animal, ¿qué sería capaz de hacer por los hombres? Así que le pidió disculpas por no creerle y le ofreció casarse con su hija.

Pasaron los días y se celebró una gran boda en el palacio imperial. La princesa puso como condición que el tigre blanco se quedase a vivir con ellos. Para ella, su felicidad se la debía al tigre, porque él la llevó a la casa del leñador y salvó a éste de una muerte segura y también les unió para que pudieran casarse.

Después de la boda de la princesa y del leñador, los jóvenes que querían casarse se acercaban al palacio para consultarle al tigre si debían o no hacerlo. El tigre movía afirmativa o negativamente la cabeza para responderles. Así ocurrió que el tigre se convirtió en el casamentero mayor del reino.

¿Quieres aprender a dibujar un tigre?, mira este vídeo:

El loro pelado


Desde temprano los loros del monte, bulliciosos, iban a comer choclos. Tenían a un loro loro_pelado_by_dokdibujoscentinela en el árbol más alto. Abrían los choclos y los picoteaban. Por eso, los peones los cazaban.

Un día, un peón hirió a uno. Ya en casa, sus hijos lo curaron y criaron, llamándole Pedrito. Vivía suelto, se burlaba de las gallinas y, a la hora del té, subía a la mesa a comer pan remojado en leche, pues era su delicia. Aprendió a hablar rápidamente. Una tarde, después de varios días de lluvias, se puso a volar feliz hasta llegar al río Paraná; donde, de pronto, vio brillar – a través de las ramas- dos luces verdes, como bichos de luz. Curioso, se acercó hasta identificar al tigre:

-¡Hola, amigo! -dijo el loro-. ¿Quieres rico pan con leche?

Creyó que el loro se burlaba; pero como tenía hambre, el tigre le dijo:

– “¡Bueno! ¡Pero acércate más, que soy sordo!”. Mentía: quería comérselo.

El loro se acercó y el tigre lanzó un zarpazo con las uñas. No lo mató, pero le arrancó las plumas y la cola. Gritó de dolor y voló, pero tropezando y cayéndose. Por fin, llegó a casa y se miró en el espejo. Era un feísimo loro pelado. Voló, entonces, hasta el hueco de un eucalipto y se escondió en el fondo, tiritando de frío y de vergüenza. En casa, todos lo extrañaban. Lo llamaban y no respondía. Creyeron, entonces, que había muerto y se echaron a llorar. Pero él seguía en su escondite, pues las plumas tardaban en crecer. Hasta que un día, todos -a la hora del té- lo vieron entrar, balanceándose como si nada. Rieron y lloraron, alabando la belleza de sus plumas sin saber que eran nuevas. Luego, Pedrito le contó todo a su amo. Y este, muy molesto, le dijo:loro

– “Necesitaba una piel de tigre para la estufa, y qué mejor si la obtengo gratis”.

Cogió su escopeta y emprendieron la caza. Pedrito debía entretenerlo para que él pudiera cazarlo.

– ¡Rico té con leche! -dijo Pedrito al llegar a la morada del tigre. y el tigre, enojadísimo, al reconocer al loro pelado, repitió:

– ¡Acércate más! ¡Soy sordo! -le mintió nuevamente. – ¡Pan con leche! ¡Está junto al árbol! -dijo Pedrito acercándose.

-¿A quién le hablas? -rugió, dando un gran salto que el lorito evitó a tiempo. Su amo apretó el gatillo y el tigre cayó muerto.

Ya en casa, la familia se enteró y lo felicitó por su hazaña. Y fueron muy felices. A Pedrito le gustaba acercarse a la piel del tigre; y lo invitaba, diciéndole:

– “¡Rica, papa! ¿Quieres té con leche?”. Y todos se morían de risa. Y Pedrito también.


De: Horacio Quiroga

 

Los doce signos del horóscopo oriental


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Hace mucho, mucho tiempo, había un dios que vivía en el fondo de una montaña. El dios quería hacer una fiesta y decidió enviar una carta a todos los animales del país para invitarles.
La carta decía:

«He decidido hacer una fiesta el primero de enero y me gustaría que vinierais. Para que sea más divertido haremos una carrera. Según el orden en el que lleguéis, Persianestableceré la jerarquía de todos los animales y a cada uno le corresponderá un año.»

A los animales les pareció muy buena idea y todos querían ser los primeros para ser el jefe. Pero a uno de los animales, el gato, le dio pereza leer la carta y decidió preguntarle a la rata.
La rata, que era muy traviesa, le contestó:

– El dios que vive en la montaña nos invita a una fiesta y hará una carrera para decidir nuestra jerarquía -Pero entonces le mintió añadiendo- tenemos que llegar el 2 de enero.

El gato, que no sospechó que la rata le había dicho una fecha equivocada, le dio las gracias y se fue.
La noche del 31 de diciembre los animales decidieron irse a dormir temprano para poder levantarse pronto y ser los primeros. Solo el toro dijo: rata pokemon

– «Yo ya saldré ahora porqué soy muy lento caminando».

La rata, que lo oyó, decidió aprovecharse y subió a su lomo exclamando:

– «¡Qué bien se está aquí!». 

El toro, que no se percató de nada, siguió caminando.
Al día siguiente por la mañana, todos los animales menos el gato salieron corriendo hacia la casa del dios. Cuando el día ya despuntaba el toro fue el primero en aparecer en el lugar fijado. Pero el primero en llegar no fue el toro. ¡Fue la rata! El pequeño animal saltó desde el lomo del toro y fue corriendo hasta donde estaba el dios a quien saludó con un «¡feliz año nuevo!». El toro se sintió humillado y llegó el segundo.

Los otros animales llegaron después. El tercero fue el tigre, el cuarto la liebre y el quinto el dragón. Les siguieron la serpiente, el caballo, la oveja, el mono, el gallo, el perro y, por último, el cerdo. El dios les dio la bienvenida a todos y empezaron la fiesta, que duró todo el día.

El gato llegó cuando la fiesta ya se había acabado. Cuando vio que todo el mundo ya se marchaba se enfadó mucho y gritó a la rata:

– «¡Me has engañado!».

La rata tuvo miedo y se puso a correr, mientras el gato la perseguía.

Y es por culpa del engaño de la rata, que el gato no forma parte de los animales del horóscopo chino. Por eso, desde entonces, los gatos persiguen a las ratas.

Cuento popular japonés

La inteligencia humana


La mamá  de Julio le dijo una noche, antes de dormir:

¿Sabes una cosa que nos distingue de los animales,? Pues que su instinto sabe conservar la Naturaleza, y el nuestro, no. Y le contó el siguiente cuento:

Tigre Un viejo tigre llamó a su joven hijo a su lecho de muerte y le dijo: «Nosotros poseemos las garras más fuertes y el rugido más potente, pero hay unos seres más poderosos que nosotros. Son las personas, así es que ándate con ojo».

El viejo tigre no tardó en morir y su hijo salió en busca de esas misteriosas «personas». Preguntó a toros, erizos, hormigas, caballos y lagartos si ellos eran humanos. Todos se rieron de su ignorancia y le indicaron dónde había un humano. El joven tigre se acercó a un viejo campesino y le preguntó: «¿Eres una persona?».

El viejo le respondió que sí, y el tigre le dijo: «Pues no te veo tan poderoso. Yo incluso podría matarte de un zarpazo». «Me queda poco tiempo de vida y prefiero morir del zarpazo de un tigre a ser presa de una enfermedad», contestó el labrador.cachorro tigre

Se dirigieron a la choza del campesino. «Es un lugar muy seguro y confortable y será tuya cuando yo no esté», dijo el labrador. «¿Pero sabes abrir y cerrar la puerta?».

«No, así es que enseñarme», repuso el tigre.

El campesino entró en la choza y el tigre empujó la puerta y ésta se abrió. Después el tigre se metió en la choza, pero el astuto campesino puso un candado para dejarle encerrado.

Quizás no deberíamos confiar demasiado en quien puede atraparnos con las garras de la inteligencia.

Cuento tradicional persa

El arca de Noé


el-arca-de-noe_imagen3025 La historia del Arca de Noé pertenece a los capítulos 6 al 9 del Génesis (el primer libro de la Biblia).

Comienza con que Dios, veía que los hombres que había creado se portaban mal y se  enfadó mucho, así que decidió inundar la tierra y destruir todo tipo de ser viviente. Sin embargo, se dio cuenta de que existía un hombre muy bueno que se llamaba Noé y decidió que sería  él  junto con su familia los que se salvarían.

Dios le dijo  a Noé ( significa “consuelo” en hebreo) que construyera un arca gigantesca, y llevara con él a su esposa, a sus hijos Sem, Cam y Jafet, y las esposas de éstos. También, tenía que salvar a una pareja de cada una de las especies de animales que existía sobre la tierra, macho y hembra, y para suministrarles alimentos, le dijo que tomara y almacenara la comida necesaria. Dichas parejas deberían estar dentro del arca antes de que comenzara a llover porque ya no pararía hasta que El le avisara, y así lo hizo. Llovió sin parar durante cuarenta días y cuarenta noches inundándose toda la tierra.

Después de cierto tiempo Dios se acordó de la familia de Noé e hizo que las aguas comenzaran a decrecer de la faz de la tierra, no obstante Noé espero aún más, y cuando ya no pudo con su paciencia, destapó la cubierta del arca, y envió un cuervo para averiguar si el agua ya se había retirado completamente, el cuervo daba vueltas por todas partes y no hallando lugar donde posarse, regresó al arca.

Pero Noé no se daba por vencido, así que envió una paloma, la cual volvió al arca, lo mismo que el cuervo.

Siete días después Noé volvió a enviar la paloma, volviendo dicha ave con una ramita de olivo en el pico «a la hora de la tarde», con lo que Noé entendió que el proceso de retiro de aguas de la tierra estaba avanzando.

Después de otros siete días el patriarca volvió a enviar la paloma, la cual no volvió más a él.

Aunque tenían ganas de abandonar el arca, Noé y su familia esperaron un mes más, hasta que que el Señor les ordenó salir.

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Después de haberos contado esta historia, prestad atención a este fragmento de la película Fantasía 2000. La música seguro que os suena,  se trata de “Pompa y Circunstancia”:

Esta marcha fue compuesta por el compositor inglés Sir Edward Elgar en 1901, para la celebración de la coronación del Rey Eduardo VII, es la primera de una serie de cinco marchas. Ahora también se toca como música de bodas.

En los Estados Unidos, la Marcha Nº 1 es conocida simplemente como «Himno de graduación», y está directamente asociada con las ceremonias de colación de grados.

En Ecuador, se conoció popularmente, gracias a un anuncio comercial de champú en 1984. Aquí en España también estoy segura que la habréis oido en un popular anuncio para coches.