Una hermosa noche caminaba una zorra por los campos con el estomago vacío y con gran apetito, cuando al pasar junto a un pozo, vio la luna reflejada en el agua.
Entonces se dijo:
-¿Qué hermoso queso? Bajaré a buscarlo.
Sin más, se instaló en uno de los baldes y bajó a cogerlo.
Pero en cuanto se hundió en el agua, se dio cuenta que era sólo el reflejo de la luna resplandeciente, blanca y llena en el cielo.
Al tratar de salir se encontró presa al fondo del pozo. Ahí se quedo un par de días hasta que acertó a pasar un lobo hambriento como ella, la zorra le llamó diciéndole:
– Amiguito lobo ven a probar de este sabroso queso. Yo ya comí la mitad y te dejo la otra parte para ti porque ya me harté.
La zorra astuta le tendió una trampa al lobo y éste cayo, el lobo se sentó en el otro balde del brocal lo que permitió a la zorra subir Inmediatamente y salir del pozo.
Y ahí se quedó preso el necio lobo.
Moraleja:
“Fácilmente creemos lo que nos conviene creer y cuando nos damos cuenta somos presos de engaños”