La plaza tiene una torre – Antonio Machado


La plaza tiene una torre,
la torre tiene un balcón,
el balcón tiene una dama,
la dama tiene una flor.
Ha pasado un caballero
-¡quién sabe por qué pasó!-
y se ha llevado la plaza
con su torre y su balcón,
con su balcón y su dama,
su dama y su blanca flor.

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El sastrecillo listo – Hermanos Grimm


Érase una vez una princesa muy orgullosa; a cada pretendiente que se le presentaba le planteaba un acertijo, y si no lo acertaba, lo despedía con mofas y burlas. Mandó pregonar que se casaría con quien descifrase el enigma, fuese quien fuese. Un día llegaron tres sastres, que iban juntos; los dos mayores pensaron que, después de haber acertado tantas puntadas, mucho sería que fallaran en aquella ocasión. El tercero, en cambio, era un cabeza de chorlito, que no servía para nada, ni siquiera para su oficio; confiaba, en la suerte; pues, ¿en qué cosa podía confiar? Los otros dos le habían dicho:
– Mejor será que te quedes en casa. No llegarás muy lejos con tu poco talento.sASTRECILLO-ACUARELA-FINAL
Pero el sastrecillo no atendía a razones, y, diciendo que se le había metido en la cabeza intentar la aventura y que de un modo u otro se las arreglaría, marchó con ellos, como si tuviera el mundo en la mano. Se presentaron los tres a la princesa y le rogaron que les plantease su acertijo; ellos eran los hombres indicados, de agudo ingenio, que sabían cómo se enhebra una aguja. Entonces la princesa les dijo:
– Tengo en la cabeza un cabello de dos colores: ¿qué colores son éstos?
– Si no es más que eso – respondió el primero -: es negro y blanco, como el de ese paño que llaman sal y pimienta.
– No acertaste – respondió la princesa. – Que lo diga el segundo.
– Si no es negro y blanco -dijo el otro, – será castaño y rojo, como el traje de fiesta de mi padre.
– Tampoco es eso – exclamó la princesa. – Que conteste el tercero; éste sí que me parece que lo sabrá.
Adelantándose audazmente el sastrecillo, dijo:
– La princesa tiene en la cabeza un cabello plateado y dorado, y estos son los dos colores.
Al oír la joven sus palabras, palideció y casi se cayó del susto, pues el sastrecillo había adivinado el acertijo, y ella estaba casi segura de que ningún ser humano sería capaz de hacerlo.

Cuando se hubo recobrado, dijo:

– No me has ganado con esto, pues aún tienes que hacer otra cosa. Abajo, en el establo, tengo un oso; pasarás la noche con él, y si mañana, cuando me levante, vives todavía, me casaré contigo.

De este modo pensaba librarse del sastrecillo, pues hasta entonces nadie de cuantos habían caído en sus garras había salido de ellas con vida.

Pero el sastrecillo no se inmutó, y, simulando gran alegría, dijo:

– Cosa empezada, medio acabada.

Al anochecer, el hombre fue conducido a la cuadra del oso, el cual trató enseguida de saltar encima de él para darle la bienvenida a zarpazos.

– ¡Poco a poco! – dijo el sastrecillo. – ¡Ya te enseñaré yo a recibir a la gente!

Y con mucha tranquilidad, como si nada ocurriese, sacó del bolsillo unas cuantas nueces y, cascándolas con los dientes, empezó a comérselas. Al verlo el oso, le entraron ganas de comer nueces, y el sastre, volviendo a meter mano en el bolsillo, le ofreció un puñado; sólo que no eran nueces, sino guijas. El oso se las introdujo en la boca; pero por mucho que mascó, no pudo romperlas.

– «¡Caramba! – pensaba -, ¡qué inútil soy, que ni siquiera puedo romper las nueces!» y, dirigiéndose al sastrecillo, le dijo:
– Rómpeme las nueces.
– ¡Ya ves si eres infeliz!, ¡con una boca tan enorme y ni siquiera eres capaz de partir una nuez!
Cogió las piedras y, escamoteándoles con agilidad, se metió una nuez en la boca y ¡crac!, de un mordisco la tuvo en dos mitades.
– Volveré a probarlo – dijo el oso. – Viéndote hacerlo me parece que también yo he de poder.
220px-Heinrich_Vogeler_-_Illustration_Vom_klugen_SchneiderleinPero el sastrecillo volvió a darle piedras, y el oso muerde que muerde con todas sus fuerzas. Pero no creas que se salió con la suya. Dejaron aquello, y el sastrecillo sacó un violín de debajo de su chaqueta y se puso a tocar una melodía. Al oír el oso la música, le entraron unas ganas irresistibles de bailar, y al cabo de un rato la cosa le resultaba tan divertida, que preguntó:
– Oye, ¿es difícil tocar el violín?
– ¡Bah! Un niño puede hacerlo. Mira, pongo aquí los dedos de la mano izquierda, y con la derecha paso el arco por las cuerdas, y, fíjate qué alegre: ¡Tralalá! ¡Liraliralerá!
– Pues no me gustaría poco saber tocar así el violín para poder bailar cuando tuviese ganas. ¿Qué dices a eso? ¿Quieres enseñarme?
– De mil amores – dijo el sastrecillo -; suponiendo que tengas aptitud. Pero trae esas zarpas. Son demasiado largas; tendré que recortarte las uñas.
Trajeron un torno de carpintero, y el oso puso en él las zarpas; el sastrecillo las atornilló sólidamente y luego dijo:
– Espera ahora a que vuelva con las tijeras – y, dejando al oso que gruñese cuanto le viniera en gana, se tumbó en un rincón sobre un haz de paja y se quedó dormido.533f7e4bc9232d63c94c7f6299fa9ffc
Cuando, al anochecer, la princesa oyó los fuertes bramidos del oso, no se le ocurrió pensar otra cosa sino que había hecho picadillo del sastre, y que gritaba de alegría. A la mañana siguiente se levantó tranquila y contenta; pero al ir a echar una mirada al establo, se encontró con que el hombre estaba tan fresco y sano como el pez en el agua. Ya no pudo seguir negándose, porque había hecho su promesa públicamente, y el Rey mandó preparar una carroza en la que el sastrecillo fue conducido a la iglesia para la celebración de la boda. Mientras tanto, los otros dos sastres, hombres de corazón ruin, envidiosos al ver la suerte de su compañero, bajaron al establo y pusieron en libertad al oso, el cual, enfurecido, se lanzó en persecución del coche. Oyéndolo la princesa gruñir y bramar, tuvo miedo y exclamó:
– ¡Ay, el oso nos persigue y quiere cogerte!
Pero el sastrecillo, con gran agilidad, sacó las piernas por la ventanilla, y gritó:
– ¿Ves este torno? ¡Si no te marchas, te amarraré a él!
El oso, al ver aquello, dio media vuelta y echó a correr. El sastrecillo entró tranquilamente en la iglesia, fue unido en matrimonio a la princesa, y, en adelante, vivió en su compañía alegre como una alondra. Y quien no lo crea pagará un ducado.

La princesa Europa


La princesa Europa era hija del rey fenicio Agénor y la reina Telefasa de Tiro. Tenía tres hermanos: Cadmo, Fénix y Cílix.

Un día, mientras jugaba con sus amigas en la playa, Zeus la vio y se quedó prendado de su belleza, como sabía que ella lo rechazaría si se presentabafebuary_europa_and_the_bull_by_killskerry naturalmente, se transformó en un hermoso toro blanco y se rindió a los pies de la bellísima doncella.

Europa se le acercó para acariciarlo y, viendo que era un toro manso, se montó en su lomo; fue entonces cuando Zeus aprovechó para correr hacia el mar llevándose a su amada consigo hasta la isla de Creta donde le reveló su auténtica identidad, y Europa se convirtió en la primera reina de la isla.

De esta unión nacieron tres hijos: Minos, Sarpedón y Radamantis.

Cuando Europa murió le fueron concedidos los honores divinos y el toro que había sido la forma en que Zeus la había amado fue convertido en constelación e incluido en los signos del zodíaco con el nombre de Tauro.

Hasta aquí el origen mitológico del nombre del continente europeo, también existe otra teoría, la más aceptada, que menciona que deriva del término asirio ereb (ocaso), que se refiere al área situada al poniente del mundo conocido por los griegos en la antigüedad.

La leyenda de Tristán e Isolda


Tristán e Isolda es una leyenda popular, contada por los trovadores que eran músicos y poetas medievales que narraban los cuentos e historias a las gentes en la edadtrovador media cuando no había otro método de conocerlas (no había televisión ni radio y los libros solo sabían leerlos unos cuantos y casi siembre eran monjes). Posteriormente fue recopilada por varios autores entre los que se encuentra Godofredo de Estrasburgo, obra en la que se basó Richard Wagner para escribir su ópera.

Tristán era sobrino y heredero del rey Marco de Cornualles (hijo de su hermana Blancaflor y el Rey Rivalén), héroe de esta región del sur oeste de Inglaterra, se dice que fue el segundo caballero más valiente del mundo, por detrás solo de Lancelot, y uno de los caballeros de la Mesa Redonda del Rey Arturo, de quien seguro habréis oído hablar.

Isolda de Irlanda, también conocida como Isolda la rubia, era la hija del rey irlandés Anguish y de Isolda, la reina madre.

La historia cuenta que el  rey Marco busca esposa a instancias de Tristán que le aconsejó que se casara. Un día recibe, mediante una paloma, un mechón de pelo tristánrubio, e insiste en casarse con su dueña que resulta ser Isolda de Irlanda, y envía a Tristán a buscarla. Al regresar con ella en el barco desde Irlanda, beben por accidente una pócima de amor que había preparado la madre de Isolda para su hija y el rey Marco, por lo que ambos caen perdidamente enamorados el uno del otro.

El rey Marco descubre a su esposa Isolda junto a su sobrino Tristán a solas en un jardín del palacio. El enano Frocín, le advirtió que su esposa se vería allí con Tristán. El rey envía a un espía que se sube a un árbol para espiarlos y su imagen se refleja en un charco, Isolda lo ve e inmediatamente cambia la conversión con Tristán, diciéndole que en la corte andan rumores que ella le es infiel a su esposo y que ella jamás haría eso porque lo ama y le es fiel. El rey al conocer las palabras de su amada, la perdona. Pero tiempo después los encuentra otra vez juntos y los sentencia a muerte.

Cuando son llevados al juicio, Tristán logra escapar lanzándose desde un precipicioisolda que llegaba a un bosque. Entonces, el rey, decide no ejecutar a Isolda, sino darle un castigo más cruel: la entrega a un grupo de leprosos que llegan a la ejecución y que, cautivados por la belleza de la joven, la solicitan para que viva con ellos. Cuando Isolda parte con los leprosos se encuentra a Tristán en el bosque, la rescata de los leprosos y se va a vivir con ella en medio del bosque. Allí pasan tres años, viviendo en malas condiciones y padeciendo toda clase de infortunios, pero ellos están tan enamorados que nada les importa.

Llega el día en que la pócima que ambos bebieron termina su efecto y Tristán e Isolda, avergonzados de su comportamiento, se arrepienten de haber dejado la corte, así que parten de regreso a solicitar el perdón del rey Marco, quien debe elegir entre su esposa y su corte.

Richard Wagner escribe una ópera en tres actos, con libreto del propio compositor, está basada, como he dicho antes en la recopilación escrita por Godofredo de Estrasburgo , a su vez basada en la leyenda celta de Tristán. Wagner se inspiró en el romance que mantuvo con la poetisa Matilde Wesendonck (esposa de su mejor amigo). Trabajó en esta obra desde 1856 hasta 1859, y se estrenó en el Königliches Hof und Nationaltheater de Munich el 1 de junio de 1865.

Puedes ver la película sobre Tristán e Isolda pinchando sobre esta fotografía:

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El Taj Mahal


El príncipe Kurram había sido educado como príncipe y como místico. Despojado de losShah Jahan intereses mundanos, aprendió gramática, lógica, matemáticas, astronomía y geología. Dominaba el árabe (la lengua del Corán) y el persa (la lengua de la Corte). Un buen día el príncipe se hizo un joven y el joven se enamoró. En un bazar alegre y colorido, sus ojos se encontraron con los de la princesa Arjumand, de sólo 15 años, hija del Primer Ministro de la Corte.

Impresionado por su belleza, preguntó el precio del collar de cristal que ella se estaba probando. Le respondieron que no era de cristal sino de diamantes y que valía 10.000 rupias. El príncipe pagó sin dudarlo y así conquistó de inmediato el corazón de la princesa. Pero los novios tuvieron que esperar cinco años para casarse, tiempo durante el cual no pudieron verse ni una vez…

Finalmente la boda tuvo lugar en el año 1612, con una ceremonia espectacular, en la que el Emperador nombró a Arjumand Mumtaz Mahal, La Elegida del Palacio.

Mumtaz-i Mahal era nieta de Itimad-ud-daulah, ministro principal del emperador Jahangir, y también sobrina de la esposa de este, Nur Jahan. No fue la primera esposa del príncipe Shah Jahan, pero fue su favorita.

El príncipe fue coronado unos años después y al coronarse tomó el nombre de Shah Jahan, Rey del Mundo y gobernó en paz. Pero cuatro años después de coronarse, en 1631, sufrió la peor tragedia de su vida. Su amada y fiel esposa, Mumtaz Mahal, cuando le acompañaba en su campaña en el Decán, no resistió el parto de un nuevo hijo. En su lecho de muerte, la reina le pidió a su rey que construyera en su memoria un monumento sin igual en el mundo.

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La construcción del  complejo denominado Taj Mahal se inició después de la muerte de la emperatriz y duró veintidós años; intervinieron unos veinte mil trabajadores. El mármol, principal material de construcción, fue transportado en elefantes desde el Rajasthan; otros materiales llegaron de otras partes de la India, e incluso de otros países.

Es considerado el más bello ejemplo de arquitectura mogola, estilo que combina elementos de las arquitecturas islámica, persa. india e incluso turca.

Está situado en un jardín simétrico, típicamente musulmán, dividido en cuadrados iguales, cruzado por un canal flanqueado por dos filas de cipreses donde se refleja su imagen más imponente. El mausoleo, por dentro, deslumbra menos que por fuera. Igual tiene razones para impresionar: en penumbra, la cámara mortuoria está rodeada de finas paredes de mármol incrustadas con piedras preciosas que filtran la luz natural, traduciendo su belleza en mil colores. La sonoridad del interior, amplio y elevado, es triste y misteriosa, como un eco que suena y resuena, y nunca se detiene.

Mumtaz MahalRodeando al recinto hay una alta muralla de arenisca roja, rodeada a su vez de jardines, con una monumental puerta de entrada en el sur; por ella se accede a un inmenso patio de 300 m de ancho con un estanque de mármol en el centro y numerosos jardines y fuentes; el mausoleo propiamente dicho, construcción a la que habitualmente se hace referencia con la denominación de Taj Mahal, flanqueado por dos edificios simétricos, se halla justamente al otro lado del patio, en el norte, siendo el río el telón de fondo de todo el conjunto; también hay otras edificaciones de menos importancia.

El Taj Mahal tiene algo de mágico, gracias al mármol con el que está construido; cambia de color según la luz que recibe: blanco brillante cuando hace sol, destacando en el inmenso cielo azul, y cuando está trata de confundirse con el cielo.

Se dice que el emperador Shah Jahan quería construir su propio mausoleo en mármol negro, a imagen y semejanza del de su esposa, al otro lado del río Yamuna, y unir después ambos mediante un puente de oro. Hoy, al otro lado del río, frente al Taj Mahal, queda un resto, en piedra roja, de lo que se dice que fue el inicio de la construcción del edificio gemelo del Taj Mahal. No llegó a construirse ya que Aurangzeb, tercer hijo de Shah Jahan, después de vencer a sus hermanos y hacerse con el poder, encarceló a su propio padre en la fortaleza roja de Agra. Shah Jahan murió en prisión, después de largos años de enfermedad, contemplando desde sus alojamientos en el Fuerte Rojo, el Taj Mahal, su gran obra, monumento a su amada y refugio para el descanso eterno de ambos.

En 1983, el Taj Mahal fue reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, y  nombrado una de Las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno.

Parte de: http://www.espinoso.org/

El tigre blanco y el joven leñador


En un lugar de China, en una pequeña aldea, vivía un joven leñador con su anciana madre.

Un buen día el joven, llamado Fu-Ying, le dijo a su madre:

– Ya casi no quedan árboles cerca de nuestra aldea. Voy a tener que ir hacia la región dechinese-kids-chinese-new-year las montañas para encontrar buena leña para venderla en el mercado y así pasar un buen invierno.

La mujer miró hacia el camino que salía de la aldea y vio la región de las montañas a lo lejos, muy lejos, tan lejos que parecían perderse en el cielo. Entró en la casa y preparó mucha comida y bebida para el viaje de su hijo. Se despidió de él con lágrimas en los ojos y le vio marcharse por el camino.

El joven leñador llegó a las montañas donde pasó tres largos días cortando leña de los milenarios árboles que allí había.

Cuando estaba cortando un gran árbol, el último día, cayó al suelo agotado por tanto esfuerzo. Se quedó completamente dormido.

De repente se despertó sobresaltado porque sintió una presencia cercana a él. Abrió los ojos y vio un gigantesco tigre blanco que le miraba fijamente.

Fu-Ying invocó a todos los espíritus de sus antepasados pidiéndoles que le protegiesen. Sorprendentemente no le atacó, sólo le miraba con unos ojos profundamente tristes aquel extraño tigre blanco.

El joven se armó de valor y le dijo al tigre:

– Ya veo que no quieres atacarme, creo que te pasa algo. ¿Puedo ayudarte en algo? Estaría encantado.

Entonces el tigre movió la cabeza afirmativamente y extendió una de sus patas delanteras hasta las manos del leñador. Éste comprendió que estaba herido y vio que tenía una espina clavada y sangraba por la herida. Ello es lo que le hacía sufrir.tigre blanco

Con mucho cuidado sacó la espina y limpió la herida. El tigre se lamió la zona herida, miró fijamente al joven y se alejó caminando despacio.

El joven leñador regresó a su aldea pensando en su encuentro con aquel tigre blanco. Al llegar le contó lo sucedido a su madre. Ella creyó que el espíritu de su marido, que había muerto hacía mucho tiempo, era el que había protegido a su hijo de las garras de aquel extraño tigre.

Al cabo de varios meses, una mañana en la que el joven se disponía a buscar leña como cada día, encontró en la puerta de su casa un ciervo muerto.

Sorprendido, llamó a su madre, la cual se puso muy contenta y dijo: somos muy afortunados porque este ciervo ha venido a morir a nuestra casa para darnos comida para toda la semana, estoy segura de que es el espíritu de tu padre el que nos protege.

El joven pensaba y le parecía muy raro todo ello. Ese ciervo seguramente habría sido atacado por aquel tigre blanco y no entendía cómo éste le había dejado en la puerta de su casa.

Pasaron varios días y de vez en cuando aparecían más animales muertos en la puerta de la casa del leñador.

La madre pensaba que era muy raro lo que sucedía. Creía que no existía ningún animal capaz de agradecer así las cosas. Pero su hijo estaba convencido que igual que el tigre se acercó a pedirle ayuda allí en las montañas, aunque también era algo raro, podía comportarse de esa manera para mostrar su agradecimiento.

Aquella misma noche el joven leñador decidió permanecer despierto en la puerta de su casa y así agradecer al tigre que le dejara esos animales en su puerta. Pero poco antes del amanecer el sueño le venció y se quedó profundamente dormido.

p chinaCuando despertó se quedó asombradísimo pues en la puerta de su casa estaba tendida en el suelo una bella joven. Parecía desmayada e iba vestida con unas finas ropas dignas de una princesa.

Cogió en brazos a la joven, la llevó dentro de la casa e intentó reanimarla con una bebida hecha con arroz.

De repente se escucharon voces alrededor de la casa y numerosos soldados se acercaron gritando:

– Abrid inmediatamente. Sabemos que tenéis a la hija del rey. Salid y rendíos.

El joven leñador salió muy asustado. Los soldados amenazantes le preguntaron también que dónde tenía escondido al tigre blanco que había raptado a la princesa. Perplejo, Fu-Ying les dijo que no sabía de qué tigre blanco le hablaban.

Los soldados no le creyeron y sacaron a la princesa que ya se había despertado y comenzaron a registrar toda la casa en busca del tigre. Como no encontraron nada se acercaron al joven y el dijeron:

– Sabemos que pretendes engañarnos y que te has disfrazado de hombre; por eso no tienes las rayas negras que todos los tigres tienen y por eso apareces así tan blanco con tu disfraz de fiera.

El joven les contaba una y otra vez su historia pero los soldados no le creían. Entonces le encerraron en una jaula de plata y le llevaron a la plaza del mercado de la ciudad.

Todos los habitantes se acercaban a contemplarle, le tiraban de los pelos del bigote, le acariciaban, le insultaban…

Pasaron los días y se celebró un juicio. El joven les contaba una y otra vez su historia. Pero nadie le creía, y tampoco el juez que le condenó a morir en la horca.

Cerca de la plaza, en el palacio, estaba la princesa muy triste porque ella era la única que creía lo que decía el joven leñador. Además se había enamorado perdidamente de él.

Llegó el día en que el joven debía ser ahorcado, esa mañana apareció extrañamente nublada. Casi todos los habitantes de la ciudad se habían acercado hasta la plaza para ver como ahorcaban al joven Fu-Ying; y porque además existe una vieja leyenda china que decía que cuando un hombre-tigre muere ahorcado por no decir la verdad, de su corazón brota un maravilloso diamante. Todos estaban expectantes por ver lo que ocurría.

Al llegar el mediodía el rey dijo:em. chino

– Ahorcad a ese hombre-tigre y que el cielo sea nuestro testigo.

De repente se oyó un terrible rugido. Las gentes se quedaron atónitas al ver acercarse hacia la plaza una gran manada de tigres guiados por un hermoso tigre blanco.

El rey se quedó perplejo y dijo:

– ¿Cómo hemos podido ser tan necios? El joven leñador dice la verdad. Dejadle en libertad.

El joven se abrazó emocionado al tigre blanco, los hombres y mujeres que allí estaban no pudieron reprimir las lágrimas.

El rey, al ver la ternura del leñador con el tigre, pensó que si era capaz de ser así con un animal, ¿qué sería capaz de hacer por los hombres? Así que le pidió disculpas por no creerle y le ofreció casarse con su hija.

Pasaron los días y se celebró una gran boda en el palacio imperial. La princesa puso como condición que el tigre blanco se quedase a vivir con ellos. Para ella, su felicidad se la debía al tigre, porque él la llevó a la casa del leñador y salvó a éste de una muerte segura y también les unió para que pudieran casarse.

Después de la boda de la princesa y del leñador, los jóvenes que querían casarse se acercaban al palacio para consultarle al tigre si debían o no hacerlo. El tigre movía afirmativa o negativamente la cabeza para responderles. Así ocurrió que el tigre se convirtió en el casamentero mayor del reino.

¿Quieres aprender a dibujar un tigre?, mira este vídeo:

Verdad y Falsedad (para la honestidad)


Hace mucho tiempo en Filipinas, en un día tranquilo y soleado, el señor Verdad partió de su pueblo a la ciudad para encontrar trabajo. Verdad salió con su caballo y sin muchojoven con caballo equipaje, por lo que viajaba muy rápido. Pero, de pronto, por el camino se encontró con el señor Falsedad, que, casualmente, también iba a la ciudad en busca de trabajo.

– ¡Oh, Verdad!, mi viaje es tan duro sin caballo y llevando a mi espalda el equipaje… ¿Serías tan amable de dejar que fuera contigo y compartir caballo?

Cómo Verdad era tan buen hombre, le dijo que sí sin pensarlo dos veces. Y los dos juntos prosiguieron el camino a la ciudad. Durante el viaje los dos hombres hablaron muy animados sobre qué tipo de trabajo querían encontrar en la ciudad:

– Yo quiero ser secretario, así siempre podré ir bien limpio y vestido –dijo Verdad.
– Pues yo cocinero, para estar siempre rodeado de comida que poder devorar –respondió Falsedad.
Y así, charlando, siguieron caminando.

De repente, se cruzaron con un hombre que cargaba con un pobre cuerpo sin vida al cementerio. El hombre no tenía ayuda y Verdad bajó del caballo y lo ayudó. Una vez enterrado el cuerpo, Verdad preguntó:

– ¿Has rezado ya para que el alma de este pobre hombre pueda descansar?
– No –le contestó el hombre-, yo no sé rezar y no tengo dinero para que un sacerdote lo haga.

Entonces Verdad, muy honradamente, le dio al hombre todo el dinero que tenía para que pudiera pagar al sacerdote y comprar las velas y darle, así, el descanso eterno al pobre hombre muerto.

Y así, sin dinero, prosiguieron su viaje.

de pescaCuando llegó la hora de cenar, Falsedad se enfadó mucho con Verdad por haber dado todo su dinero. Así que, como no podían comprar la cena, decidieron acercarse al río a pescar. Cuando llegaron, vieron que unos peces se habían quedado atrapados en un pequeño charco. Falsedad cogió peces y peces, pero Verdad sintió mucha lástima por los pobres animales y sólo cogió los necesarios para alimentarse, devolviendo el resto al río. Fue entonces cuando Falsedad murmuró:

– Si los ibas a malgastar, hubiera sido mejor que los cogiera yo todos y haberte dejado sin ninguno.

Verdad, con toda su bondad, no respondió a tales palabras y decidió ponerse al descansar.
Y así, a la mañana siguiente, reanudaron su camino.

Mientras cruzaban el bosque escucharon cerca de ellos un sonido horrible. Verdad decidió ir a ver qué ocurría, pero Falsedad, temblando de miedo, se quedó escondido detrás de una piedra en el camino. Cuando Verdad llegó al origen de ese ruido, descubrió que se trataban de pequeñas águilas en un nido bien alto. Estaban llorando porque tenían hambre, pero no se veía a la madre por ningún sitio. Entonces sintió mucha pena por los pobres animales hambrientos, decidió sacrificar a su viejo y cansado caballo para poder alimentarlos y esparcir el resto de la carne por alrededor del árbol para que la madre encontrara el camino de vuelta. Falsedad odió a Verdad porque ahora debía caminar.

Y así, con Falsedad enfadado, prosiguieron su camino hasta la ciudad.

Una vez allí, se presentaron frente al rey, pidiendo que los tomara a su servicio, a unoaguiluchos como secretario y al otro como cocinero. ¡Qué alegría cuando les dijo que sí! Pero entonces, Falsedad empezó a sentir envidia de su compañero, porque éste siempre se sentaba con el Rey a comer y siempre iba limpio y bien vestido, mientras él estaba sucio y tenía que comer en la cocina. Entonces se puso furioso y decidió hacer algo para perjudicar a su amigo.

Un día, en el que los reyes habían salido a navegar por el mar, cuando estaban bien lejos de tierra, la reina perdió su anillo por la borda. Cuando Falsedad se enteró, fue a hablar con el rey:

– Mi rey, un amigo, que es su secretario, dice que tiene poderes mágicos y que puede encontrar el anillo de la reina. Dice que haría una apuesta con vos, que si no encuentra el anillo, lo mandéis colgar.

El rey, sorprendido por esas palabras, mandó llamar a Verdad:

– Encontrad el anillo de la Reina esta misma tarde o haré que os cuelguen al amanecer.

Verdad, aterrorizado por esas palabras, bajó hasta la playa y allí se sentó a observar el océano. Pero se dio cuenta que era imposible recuperar el anillo y empezó a llorar. Entonces un pez se le acercó y le preguntó:

– ¿Por qué lloras?
– Lloro porque el Rey me colgará al amanecer si no encuentro el anillo que la Reina perdió en el mar.

Y el pez se fue pero, al poco rato, volvió con el anillo en su boca.

– Yo soy uno de los peces que salvaste aquél día en el río. Como tú me ayudaste, ahora te ayudo yo a ti.

Y así Verdad se salvó y la reina recuperó su anillo.

Pero Falsedad otro día le dijo al rey:

– Mi rey, ¿recuerda lo que sucedió el otro día?
– Por supuesto. Y ahora creo en ti, ya que gracias a tus palabras recuperé el anillo de mi esposa.
– Pues mi amigo, la otra noche, dijo ser un gran mago. Tan bueno, dijo, que podríais colgarlo que no le dolería.

Al oír estas palabras, el rey mandó llamar a Verdad.

– Como eres tan buen mago, mañana te haré colgar delante de todo el mundo, para que así lo demuestres.

El pobre Verdad se pasó toda la noche pensando en lo que le iba a pasar y llorando porespiritu no poder evitarlo. Entonces, un espíritu se le apareció.

– No llores Verdad. Mañana yo usaré tus ropas y me colgarán a mí.

Al día siguiente mucha gente vio como lo colgaban pensando que era Verdad y mucha más se sorprendió cuando, al mediodía, lo vieron sentado en la mesa. Esa misma noche el espíritu volvió y le explicó:

– Tú salvaste mi alma un día y, ahora, yo te salvo a ti.

Y así Verdad se salvó.

Pero Falsedad tenía cada día más envidia de su amigo y una mañana le dijo al rey:

– Señor, el otro día su secretario decía que si vos le dejabais casarse con vuestra hija, él le daría a vos tres nietos en una sola noche.

Y el rey mandó llamar a Verdad:

– Os casaré con mi hija, pero si no me dais tres nietos en una noche, os mandaré ahorcar.

boda

Al día siguiente la Princesa y Verdad se casaron. Pero por la noche el pobre Verdad no pudo dormir, pensando que al día siguiente moriría. Pero de repente un águila entró por la ventana y le prometió encargarse del asunto. Justo antes del amanecer, tres águilas aparecieron llevando un niño cada uno.

– Tú nos salvaste la vida sacrificando tu caballo, así que ahora te la salvamos nosotros a ti.

Cuando el rey oyó a los niños llorar, la felicidad le embargó. ¡Por fin tenía herederos al trono! Así que el Rey hizo una gran fiesta y le entregó la corona a Verdad.

Y así nuestro amigo, siendo honesto, consiguió ser rey, mientras que Falsedad, con sus sus mentiras, no consiguió más que alimentar el éxito de su compañero.

Cuento filipino

De: http://www.casaasia.es/