¿Por qué los gatos eran sagrados en Egipto?


Los gatos formaron parte importante de la cultura del antiguo Egipto; ya fuera como una compañía del hogar o un objeto de adoración, estos animales tuvieron más dominioBast de los egipcios que cualquier otra criatura. De echo, tenían a Bastet, una diosa representada por un gato, destinada a proteger el hogar, los nacimientos y que auguraba armonía y felicidad. Para el culto a la diosa Bastet los sacerdotes solían escoger un gato, con características muy especiales,  como objeto de adoración y veneración por parte del pueblo, que se consideraba la reencarnación de la diosa. El clero de Bubastis constituyó una tríada en la que Atum era su marido y Mihos o Hor-Hekenu (Horus local) el hijo.

Al ser felino, los egipcios asociaban el poder y grandiosidad del león al gato. Identificaban a los leones con la figura del sol que para ellos era muy importante porque su dios principal, dios del sol llamado Ra, moría con la caída del sol por el oeste y volvía a nacer con el amanecer en el este. Este dios, sin embargo, siempre corría peligro durante la noche porque sus enemigos lo atacarían, y es allí donde entra la figura del león, cuyos ojos reflejan los rayos del sol y combaten la oscuridad protegiendo así al dios Ra. Así, que los gatos terminaron siendo esos leones que con sus ojos combatían la oscuridad, llegando a ser los animales más sagrados en esta cultura, teniendo réplicas en templos y pirámides con el fin proteger a los dioses.

tempgatosAl ser el máximo protector de los dioses, el gato se convierte en un semidios que no puede ser propiedad de ningún humano; solamente el faraón tenía el honor de tener propiedad y domesticar a esta criatura sagrada. Por lo tanto, los gatos estaban bajo la protección del faraón y de la ley que prohibía que se vendiera, lastimara o matara a cualquier gato bajo pena de muerte.

Aunque no se conoce exactamente el momento en el que los egipcios comenzaron a domesticar gatos, se considera que fue alrededor del 2000 A.C. Los egipcios llevaban a sus gatos como animales de compañía a cazar, en vez de llevar perros que ya en ese momento eran domesticados con este fin en otras partes del mundo. También se hacían estatuas de gatos y se colocaban afuera de los hogares para proteger a los habitantes de los espíritus malignos.

Cuando moría el gato de la casa la familia se ponía de luto y se afeitaba la cabeza y las cejas. Los embalsamaban, a algunos los ponían en pequeños sarcófagos y los enterraban en importantes necrópolis de gatos. Cuenta una leyenda que durante la invasión de los persas  éstos sostenían gatos frente a sus escudos y los egipcios se rendían para no lastimar a ninguno. De esta forma perdieron la ciudad de Pelusio (Port Said).gatos

Existían los Festivales de Bastet en homenaje a la diosa que he mencionado al principio y que se realizaban los días 1 del mes de Tybi (31 se octubre) y del mes de Paini (abril y mayo).  Otros autores sitúan un festival el día 12 del mes de Tybi, equivalente al primer día de Invierno. Era celebrada en grandes procesiones de barcas en el río Nilo y en ceremonias en los templos consagrados a la diosa. En ellos se criaban gatos que eran su representación , y a la muerte, éstos se momificaban cuidadosamente y se enterraban en tumbas específicas para ellos. Se han encontrado necrópolis de gatos en Bubastis, Saqqara, Tanis, Beni Hassan y Tebas. En el Templo de Bastet de Bubastis vivían cientos de gatos considerados sagrados y alrededor del Templo había varios cementerios para ellos.

Parte de: http://nuestrorumbo.imujer.com/, http://www.losegiptosdeadina.com/

El dentista en la selva – Gloria Fuertes


Por la mañanaleon

El dentista de la selva
Trabajó intensamente
Con un feroche cliente.

Era el rey de la jungla,
Era un león imponente,
Con colmillos careados
Y que le faltaba un diente.

Por la tardecocodrilo
Y dijo el doctor dentista
A su enfermera reciente:
-pon el cartel en la choza,
no recibo más pacientes,
ha venido un cocodrilo
que tiene más de cien dientes.

Jirafa y Leoncito


Jirafa se acercó a beber en un río. Miró alrededor por si se encontraba con algún animal que la quiera dañar; tenía que tener cuidado, ya que muchas veces lo leones las atacaban cuando estaban bebiendo.jirafa-1

Abrió sus patitas delanteras para poder bajar su largo cuello y se acercó al agua. En el reflejo del río vio una sombra y se asustó. Giró su cuello y vio que se trataba del pequeño Leoncito.

Al ver que Jirafa lo miraba, Leoncito, giró su cabeza y agachó las orejas.

Jirafa caminó tranquila hacia él y le acercó su patita, Leoncito la acarició y ambos perdieron el miedo:

– ¿Cómo es que estás tan lejos de tu casa? ¿Y tu familia? –preguntó Jirafa, preocupada.

– Es que… ¡me perdí! Por salir corriendo detrás de un ciervo. Sólo quería jugar y comencé a correr y…

– ¿Y qué ocurrió después? –interrumpió Jirafa.

El ciervo se asustó y yo me quedé en este lugar. Tenía miedo, pero soy un león valiente y no quería llorar.

– ¡Estoy tan cansado! – dijo Leoncito con tristeza.

– No te preocupes, vayamos a aquel árbol a descansar –lo consoló Jirafa.

Leoncito se acomodó entre las patas de la jirafa y se quedó dormido junto a ella. Juntitos muy juntitos para darse calor.leoncito-descrip

Pasaron varios días, Jirafa cuidaba de él, lo alimentaba y le daba cariño como si fuera su mamá. Un día le explicó que dentro de un tiempo tendría que volver con su familia de leones.

Una mañana, Leoncito bebía agua en el río, cuando unos leones se acercaron a él. Jirafa los observaba desde lo alto y escuchó cuando los leones conversaban con Leoncito y le contaban lo preocupados que estaban sus padres. Ellos podían ayudarlo a recuperar a su familia.

Había llegado el momento de partir.

Jirafa vio cómo se alejaba Leoncito para siempre, pero, aunque lo iba a extrañar, estaba feliz porque él había encontrado a su familia.

El zorro y el caballo – Hnos. Grimm


Un granjero tenía un Caballo leal que se había hecho viejo y ya no podía trabajar. Así que su dueño no le dio más de comer y le dijo:granjero

– Ya no te puedo utilizar más, pero todavía te quiero, si pruebas ser lo bastante fuerte como para traerme un León, te cuidaré. Pero ahora vete de mi establo.

Y así lo hecho a campo abierto. EL Caballo estaba triste, y fue al bosque para conseguir un poco de refugio contra las inclemencias del tiempo. Entonces el Zorro se encontró con él y le dijo:

– ¿Por qué estás tan cabizbajo y sólo? –

– ¡Ay de mí! – respondió el Caballo – Avaricia y fidelidad no pueden vivir bajo el mismo techo. Mi amo ha olvidado los servicios que le he prestado durante tantos años, y como ya no puedo empujar la rueda, no me alimentará más y me ha echado. –

– ¿Sin darte opción? – preguntó el Zorro.

– La opción era peor. – dijo él – Si fuera lo bastante fuerte para traerle un León, me cuidaría. Pero bien sabe que no puedo hacerlo.

El Zorro dijo:

– Te ayudaré, limítate a tumbarte, a estirarte como si estuvieses muerto, y no te muevas. –

El Caballo hizo lo que el Zorro dijo y el Zorro fue ver al León, cuya guarida no estaba lejos, y le dijo:

– Un Caballo muerto está tirado ahí fuera, ven conmigo y tendrás un buen almuerzo. –

caballo bcoEl León le siguió y cuando los dos estaban junto al Caballo el Zorro dijo: – Después de todo, aquí no estarás cómodo. Te diré lo que haremos, te lo sujetaré por la cola y entonces podrás arrastrarlo hasta la cueva y devorarlo en paz. –

Eso le gustó al León, se tumbó, y para que el Zorro pudiera atarle el Caballo a la cola rápidamente, se quedó muy quieto. Pero el Zorro ató las patas del León con la cola del Caballo y las ató y sujetó tan bien y con tanta fuerza que ninguna fuerza las podría romper. Cuando terminó le dio un golpecito en el hombro y le dijo:

– Tira, Caballo blanco, tira. –

Entonces el Caballo se puso en pie de un salto, y se llevó el León con él. El León empezó a rugir, y rugió tanto que todos los pájaros del bosque salieron volando aterrorizados. Pero el Caballo lo ignoró y lo llevó arrastrándolo por todo el campo hasta la puerta de su dueño. Cuando el dueño vio al León, se puso de mejor humor y le dijo al Caballo:

– Te quedarás conmigo y comerás bien. –

Y le dio de bien de comer hasta que murió.

El león y los tres bueyes – Esopo


leon_blanco-_mediano

Pastaban juntos siempre tres bueyes.

Un león quería devorarlos, pero el estar juntos los tres bueyes le impedía hacerlo, pues el luchar contra los tres a la vez lo ponía en desventaja.

Entonces, con astucia, recurrió a enojarlos entre sí con pérfidas patrañas, separándolos a unos de los otros.

Y así, al no estar ya unidos, los devoró tranquilamente, uno a uno.

Si permites que deshagan tu unidad con los tuyos, más fácil será que te dañen.

La zorra que nunca había visto un león – Esopo


Había una zorra que nunca había visto un león. zorra 1

La puso el destino un día delante de la real fiera. Y como era la primera vez que le veía, sintió un miedo espantoso y se alejó tan rápido como pudo.

Al encontrar al león por segunda vez, aún sintió miedo, pero menos que antes, y lo observó con calma por un rato.

En fin, al verlo por tercera vez, se envalentonó lo suficiente hasta llegar a acercarse a él para entablar conversación.

En la medida que vayas conociendo algo, así le irás perdiendo el temor. Pero mantén siempre la distancia y prudencia adecuada.

El león y la cabra – Esopo


Un león hambriento, viendo que no le era fácil subir a los riscos en que pacía una cabra, se fue acercando poco a poco.la-cabra

Pronto se dio cuenta que le sería imposible llegar hasta la cabrita y, entonces, le dirigió cariñosas frases invitándola a pastar juntos la fresa y aromática hierva de la pradera.

_ ¡ Deja esas peñas estériles, le decía, y baja a los prados donde yo habito, amiga mía !

_ Tienes razón contestó la cabra, así lo haré con mucho gusto, pero cuando estés muy lejos de estos lares.

Nunca escuches del enemigo el consejo,

si no quieres sufrir amargos desengaños.