El jilguero (Carduelis carduelis) es un ave de colores y canto muy alegre, se alimenta de semillas de girasol, trigo, algunos insectos en la estación de cría y sobre todo de las semillas de los cardos (carduus), de donde proviene su nombre latino. Desde tiempos antiguos es criado en cautividad debido precisamente a su alegre canto, que está compuesto por trinos parecidos a los de los canarios, pero con un toque asilvestrado.
Suele vivir en caminos de bosques, setos, campiñas, parques, jardines, huertos y, en general, cualquier zona herbácea, en especial si existe abundancia de cardos. prefiere para vivir ambientes calurosos, siendo menos frecuente observarlo a medida que aumenta la altitud.
El macho y la hembra son muy parecidos, con el ave en la mano, el macho presenta mayor cantidad de rojo en la cara, y plumillas nasales generalmente más oscuras
El poeta y sacerdote español Jacinto Verdaguer le dedicó este bonito poema:
Cuando Jesucristo en la cruz en el Calvario moría
el jilguero gentil fue a hacerle compañía
Allá con el pico estirando los clavos de sus manos divinas,
las espinas de su frente y las cuerdas que lo cernían,
se tiñó la cabeza con la sangre de sus heridas,
en su faena, trabajando veía a Jesús todo el día
y cuando no pudo arrancar ni aquellos clavos ni las espinas,
cantando sobre la cruz le endulzo la agonía,
por eso tiene la cabeza rojiza el jilguero avispado,
he aquí porque es el pájaro que más trina el día de Jueves Santo.
También Antonio Vivaldi compuso en su honor esta preciosa pieza llamada “Il cardelino” (el jilguero), compuesta para flauta y cuerdas en Re mayor, en bajo contínuo, con tres movimientos:
Allegro: tras la presentación de la flauta sobre un acompañamiento de la orquesta este instrumento solista ejecuta un fragmento imitando el canto del jilguero que da su nombre al concierto; el movimiento sigue con un constante juego centrado principalmente en el intercambio de trinos entre la flauta y los violines.
Cantabile: una siciliana para flauta y continuo, es un breve movimiento lento orientado a exaltar las cualidades líricas del instrumento solista, como es típico en las piezas de Vivaldi.
Allegro: interviene de nuevo la orquesta completa y, como en el primer allegro, domina el juego basado en los trinos.