Franz Liszt


Franz Liszt

El próximo 22 de octubre se cumplen 200 años del nacimiento de Franz Liszt.

Liszt-Franz-19Franz Liszt nace en Doborján, cerca Sopron, Hungría y murió el 31 de julio de 1886 en Bayreuth, Alemania. Su padre, Adam, era un administrador para la familia Esteráis (la misma a la cual servía Haydn). Estudió con Antonio Salieri y Carl Czerny en Viena. El 20 de septiembre de 1823, la familia Liszt abandonó Viena para dirigirse a París. Por el camino, Liszt dio conciertos en Múnich, Augsburgo, Stuttgart y Estrasburgo para su sustento y el de su familia. En Miesich se consideraba que poseía un talento similar al de Wolfgang Amadeus Mozart cuando era un niño de 6 años. Finalmente, el 11 de diciembre de 1823, la familia llegó a París. Al día siguiente, Adam Liszt junto con su hijo fue al conservatorio de la ciudad, esperando que el niño fuera aceptado como estudiante. A los once años, el pequeño conoció a Schubert y Beethoven; durante su adolescencia y los años veinte vivió en París, una ciudad donde florecía el romanticismo y era una meca para los virtuosos. Cuando tenía 19 años y ya era aclamado, Liszt se aterró por el gran violinista Paganini, quien conducía a la audiencia a un frenesí por lo cual se sospechaba que había pactado con el diablo. El joven Franz estaba determinado a convertirse en el Paganini del piano. El se apartó del escenario de los conciertos durante unos años, practicando de ocho a doce horas diarias, y emergió como probablemente el mejor pianista de su tiempo. Para mostrar su incomparable maestría, Liszt compuso sus «Estudios trascendentales» e hizo versiones para piano de las piezas de violín de Paganini. En cierta ocasión escribió:

“Mi piano es mi alma, ya que mis diez dedos tienen el poder de reproducir las armonías que son creadas por cientos de compositores.”

composer_franz_liszt_1811_86_hi Una vez, tras la presentación orquestal de un movimiento de la Sinfonía Fantástica de Berlioz, Liszt tocó su propio arreglo para piano y generó un efecto más poderoso que la orquesta entera. Viajó infatigablemente por toda Europa entre 1839 y 1847, tocando principalmente su propia música para piano siendo aclamado sin precedentes.

Pero Liszt también buscaba reconocimiento como compositor. A los 36, abandonó su carrera como viajante virtuoso para ser director en Weimar, donde compuso muchas piezas orquestales (desarrollando una nueva e influenciante forma de programar música) y dirigió trabajos de contemporáneos como Berlioz, Schumann y Wagner. Generoso, enseñó a cientos de pianistas gratuitamente y proveyendo soporte musical y financiero, crucial para el éxito de Wagner. Además escribió críticas musicales y libros sobre la música de Chopin y Gipsy. En sus esfuerzos literarios fue ayudado por dos mujeres escritoras de la aristocracia: la Condesa Marie d’Agoult y luego, la Princesa rusa Carolyne Sayn-Wittgenstein. (Marie d’Agoult dejó a su marido para vivir con Liszt); ella y Franz tuvieron tres hijos, uno de los cuales, su hija Cosima, dejó a su propio marido para casarse con Richard Wagner). Liszt fue a Roma por estudios religiosos en 1861, y en 1865 se unió a las órdenes de santos menores, convirtiéndose en el Abad Liszt. En Roma, compuso oratorios y misas.

Durante sus últimos años, Franz viajó entre Roma, Weimar y Budapest, donde fue presidente de la nueva Academia de Música. Allí comenzó a escribir curiosas piezas de piano experimentales que prefiguraron algunos rasgos de la música del siglo XX

Es en este período último de su vida donde tuvo como resultado una modificación considerable en su estilo musical, abandonando su estilo virtuoso previo a favor de un enfoque composicional, absoluto y desolado.

Durante sus últimos años, Liszt dejó su romanticismo más o menos enteramente y se adelantó dirigiéndose, a la atonalidad del siglo XX. Esto sorprende especialmente considerando que él fue de hecho un arquetípico romántico de su tiempo en sus años tempranos. Si bien esos últimos trabajos fueron despreciados, el autor se ha convertido en una leyenda viviente.

El Gran Duque de Weimar dijo:

“Liszt fue lo que un príncipe debe ser”.

Brahms dijo:

“Quien no ha oído a Liszt no puede hablar de la ejecución del piano.”

Liszt fue un compositor muy prolífico, tiene una cantidad de obras innumerables, mencionaré algunas de las más conocidas:

  • Sonata en si menor (1853) a menudo es considerada su composición más grande para piano.
  • Rapsodias Húngaras
  • Sonata del Dante
  • Vals Mephisto
  • Polonesa brillante

¿A qué habéis oido alguna vez un fragmento de esta pieza?.  Sí, prestad atención y veréis como os suena:

Liszt, fue una persona que amó ayudar a otros músicos desconocidos, introduciéndolos en el ambiente musical o tocando sus obras. Entre ellos estuvo Chopin, de quien  se cuenta una anécdota en su presentación como pianista:

En un concierto, Liszt, pidió que apagaran los candelabros, diciendo que tocaría a oscuras. Comenzó a oirse entonces la música, y cuando el auditorio estaba embelesado escuchando, se fueron encendiendo las luces apareciendo Chopin interpretando una de sus piezas.

El piano


piano

Para conocer el origen del instrumento que nos ocupa debemos remontarnos a la consideración de algunos otros instrumentos musicales más antiguos de los cuales el piano es, de alguna manera, una evolución. Tenéis aquí fotografiados los que llamaríamos, tatarabuelos, bisabuelos, abuelos, padres y hermanos de nuestro instrumento:

Ver Antecesores del piano

Sobre el monocordio fue Pitágoras, el famoso filósofo griego, realizó sus estudios sobre las relaciones entre los intervalos musicales, entre otros. Podéis ver esta historia de Pitágoras en la película de Disney:  “Donald en el País de las Matemáticas”

El piano tal cual lo conocemos hoy en día se basa, en los principios de construcción de los instrumentos que veis en las fotografías, cuyas cuerdas no son ya tocadas con las manos sino percutidas por martillos.

Hay una serie de elementos constitutivos de todos ellos que, si bien han ido variando de forma, tamaño y material de construcción, se hallan presentes en el piano. Estos elementos se pueden resumir en los siguientes: un bastidor, esqueleto o estructura, un variado número de cuerdas tensadas a través de él que vibran a una determinada altura de una tabla o caja que se ocupa de amplificar su sonido. En los instrumentos más antiguos, salvo en el dulcimer, estas cuerdas, afinadas convenientemente y de muy distintas maneras a lo largo de la historia y de las regiones geográficas, son tocadas con los dedos.

La idea de interponer algún tipo de aparato mecánico entre las cuerdas y los dedos, de tal modo que aquellas no tengan ya que tocarse directamente con los dedos, no es tan antigua y conforma uno de los últimos pasos en la evolución del piano. Se supone que los primeros intentos en este sentido tuvieron lugar alrededor de los siglos XII y XIII.

Clavicordio

Alrededor del año 1695 un italiano llamado Bartomeo Cristofori comenzó a construir un instrumento que, aunque básicamente era de una especie similar al Clavicordio y al Harpiscordio, incluía en el diseño de su mecanismo un concepto revolucionario. Tanto el Clavicordio como el Harpiscordio ponían a vibrar las cuerdas mediante algún tipo de púa o plectro, las cuerdas comenzaban a vibrar siempre con el mismo volumen y tono independientemente de cuan rápida o lentamente se presionaran las teclas. En el instrumento desarrollado por Cristófori el elemento que ponía las cuerdas a vibrar era una pieza de madera con la forma de un martillo cuya punta estaba recubierta de cuero. Esto no producía un sonido metálico y estridente como en el Clavicordio y el Harpiscordio sino un sonido mucho más dulce y sostenido.

Este fue entonces el primer piano que se construyó. El señor Bartolomeo Cristofori lo llamó «Forte-Piano«, nombre que no significaba nada más que hacer referencia a lo que acabamos de decir como sus principales características: que el instrumento podía producir sonidos fuertes (forte) y suaves (piano). Hoy en día utilizamos más comúnmente la palabra Piano para referirnos a este instrumento.

Ya habéis podido oír el sonido de Clavicordio, hermano mayor del piano, ahora podréis compararlo con él, podréis ver la diferencia de sonidos entre uno y otro. Para ellos os pongo una preciosa pieza de Chopin, su Gran Vals Brillante: