El primer día de clases de Katy


Katy soñaba con ir al colegio había cumplido ya  5 años había ido a la guardería pero quería empezar a estudiar ya que anhelada estar escuchando clases de niños sara kaymayores, le gustaba simulaba ir a clases, pasearse con su maleta y sus zapatos de color plomo los hacía sonar cada vez que imaginaba caminando la avenida que    dirigía al colegio:

– ¡Mira me voy al colegio! mamíta chau chau, simulando que se iba ya.

El día esperado era tesoro para ella, pues preparó todas sus cosas y le echo betún sus zapatos; aunque estaban brillantes le parecía poco, ella quería que estuvieran como un espejo. Muy tempranito levantó a su mamita:

– ¡Levántate mamita que ya es la hora!, ya quiero ir al colegio.

– Bien,  calentaré tu leche y preparo el pan, arregla tu mochila.

– No mamita ya lo tengo listo, arreglate que me voy rapidito que se me hace tarde.

– ¡Que niña tan deseosa de ir al colegio, nunca he visto a una niña así, tan estudiosa!.

Katy, sentada en la mesa imaginaba ver a su profesora tan bella y linda, que le enseñaba canciones.

– ¡Viva mamá me voy al colegio,  gritó Katy.

– ¿Qué le pasa a esta niña?marzo%2002%2072dpi

Al llegar a la puerta de su colegio, Katy vio a muchos niños llorando, y preguntó:

– ¿Por qué lloran esos niños?

– Porque los niños no quieren quedarse en el colegio.

– Son uno llorones.

Hasta ese entonces no entendía ¿por qué?. Al llegar a la puerta su mamá la soltó a Katy y le dijo:

– Katy ya es la hora, mamá pasará más tarde por aquí a recogerte.

– No te vayas mamá. No te vayas. Quédate.

– Katy yo no voy a clases solo tú.

– ¿Por qué mamita?, ¡si eres mi mamá!.

– Todos los niños se quedan y sus mamás regresas a la 1:00 p.m a recogerlos.

Katy se puso triste. Comprendió que también lloraban por eso los niños, porque se quedan solos sin su mamá, y solo la profesora está con ellos, en esos momentos se sintió sola.sara1

– Mamita no me dejes; quiero quedarme pero no sola.

– Ahí ésta tu profesora, ¡mira Katy!.

Hasta que la profesora salió a la puerta.

– Si señora que se quede su niña, la cuidaré bien.

– Buummm Bummm.

– Mamita no te vayas, no quiero, no quiero quedarme sola, quiero estar contigo escuchando clases.

Mamá hizo un gesto a la profesora y se marchó.

Katy lloró, y se fue calmando, su profesora le dijo que sería como una segunda madre. Empezó a cantar y se sintió feliz. Todos los niños se fueron callando poco a poco y cantaron juntos una dulce canción.arcoiris1

EL ARCO IRIS

El arco iris
es un regalo
de Dios. (Bis)
El arco iris
arriba hacia abajo
rojo y naranjo
arriba hacia abajo
amarillo, verde
arriba hacia abajo
azul , índigo y violenta;
estos son los colores
los que lo quiero
a montones
en mi paleta
de colores.

Finalmente Katy aceptó que es muy bonito ir a la escuela para aprender, y que es parte de la vida alejarse de su mamá por unas horitas.

Publicado por Diosaoasis

Su primer día de “cole”


Quedan pocos días para el inicio del curso escolar. Será el primer día de clase para nuestro hijo y eso nos llena de dudas: ¿Llorará? ¿Le cuidarán bien? ¿Nos echará de menos? ¿Hacemos bien en llevarle con lo pequeño que es?… Por una parte, pensamos que sería mejor que estuviese en casa y esperar a que crezca un poco más. Pero, por otra, sabemos que en la nueva escuela conocerá a nuevos amigos y amigas, aprenderá mucho y madurará. Aunque… ¿Y si no se adapta?al_cole2

Nuestro hijo ha crecido en un lugar concreto y con unas personas que conoce a la perfección. Tiene objetos y juguetes a su alrededor que ha explorado e investigado, a pesar de algunas regañinas cuando tocaba algo que no debía. Este es su ambiente y le da la seguridad que necesita.
La escuela es todo lo contrario. Es un lugar desconocido y lleno de extraños. Además, ya no tiene al alcance aquellos objetos que conoce tan bien. Podría decirse que para nuestro hijo es un cambio radical: ha pasado de la seguridad del hogar a la inseguridad que le provoca aquel lugar desconocido. Y, por si fuera poco, él debe quedarse allí mientras nosotros nos marchamos.
Nuestro hijo no puede explicar sus angustias e inseguridades con palabras. Sin embargo, nos da pistas a través de todo aquello que sabe hacer: dormir, comer, llorar…

Es aún muy pequeño para comprender que, aunque le dejemos en la escuela, volveremos a buscarle. Todavía no sabe como funciona el tiempo y por eso necesita que su vida sea pautada, con los menores cambios posibles. Sólo así puede anticipar lo que va a pasar:«ahora toca comer, ahora toca dormir, ahora dan esos dibujos que tanto me gustan..». Y, de repente, todo cambia: «ya no hay dibujos, todos son extraños, ¿quién es esa señora que habla con mis padres?..» Y sobre todo: «¿por qué se marchan mis padres y me dejan aquí?». El miedo a sentirse abandonado, a separarse de nosotros que le ofrecemos seguridad y a que no volvamos a buscarle es lo más duro para nuestro hijo.

Para evitar este cambio tan brusco, sería conveniente que:

  • Nuestro hijo conociera la escuela antes del primer día. Podríamos llevarles con nosotros el día que visitemos el centro. De este modo, podría pasear por lasprimerdia1 instalaciones y, si es posible, ver por primera vez la que será su aula. Le explicaremos que, en breve, ese será un lugar donde encontrará muchos amigos con los que jugar y donde aprenderá muchas cosas y lo pasará muy bien.
  • El primer día debemos procurar no mostrarnos angustiados. Aunque no lo parezca, nuestro hijo, por pequeño que sea, notará que algo ocurre y se pondrá nervioso. Al despedirnos, es muy importante no hacer caso de los posibles lloros. Si nuestro hijo ve que con un llanto nos puede retener, la conducta se repetirá a diario. Tenemos que despedirnos con naturalidad, diciéndole que después le recogeremos o simplemente demostrando que nos marchamos tranquilos y confiados.
  • Los días siguientes debemos mostrar la misma actitud tranquila del primer día. Es importante mantener una estrecha relación con la educadora. Le explicaremos todo aquello que ha cambiado en nuestro hijo, ya sean problemas de sueño, alimentación, conducta, etc., así como nuestras propias dudas y miedos. La maestra nos informará sobre los avances y dificultades de nuestro hijo y le ayudará desde la escuela a que se sienta feliz, en otras palabras: le ayudará a que se adapte.

Por mucho que retrasemos el inicio de la escolarización, no vamos a evitar que nuestro hijo (y nosotros) pase por este momento. El adaptarse a otros lugares y a otras personas es algo que, como seres humanos, tendremos que hacer en repetidas ocasiones durante toda nuestra vida y siempre tendrá que haber una primera vez aunque ésta sea la más dura.

Como padres no somos espectadores pasivos de este cambio tan importante para nuestro hijo. Nos preocupamos por su bienestar y desearíamos hacerle pasar por esta nueva experiencia de forma que no sufra. Ayudarle a acomodarse a la nueva situación es la clave para una buena adaptación.

Sonia Martínez García
Psicóloga y educadora infantil

Cuento recomendado: El primer día de clases de Katy.

                                              Mi primer día de cole