Hacía tiempo que su mamá le había dicho que pronto iría al cole, y al fin llegó el primer día de cole de Pizpireta. Se despertó temprano, con mucha curiosidad y algo de miedo. Se puso aquella bata rosa que tan fea le parecía, porque le recordaba a las enfermeras que le ponían las vacunas, y se fue de la mano con su mamá a la escuela.
Cuando llegaron fueron a una sala muy grande donde había más mamas con sus hijos, y una señora rubia de pelo corto que hablaba. Pizpireta no entendía nada de lo que decía aquella señora, pero su mamá le había dicho que era su profesora y que tenía que escucharla y hacerla caso. Así que ella guardaba silencio y hacía como si entendiese.
Más tarde les llevaron a un aula con mesas y sillas pequeñitas, donde parecía que se iban a quedar los niños con aquella señora rubia. Pizpireta vio que uno de los niños se puso a llorar y le entró miedo, mucho miedo. Aquel niño se agarraba a la pierna de su madre para que ella no se fuera y no dejaba de llorar.
Pizpireta asustada le preguntó a su mama porqué lloraba aquel niño, y ella le sonrió y le dijo:
– “Pispireta hija, es que su mama no le ha contado aún que la profesora os va a contar muchos cuentos y que aquí vais a poder jugar y aprender muchas cosas nuevas. ¿Es qué no ves todos los juguetes que hay?”.
Entonces Pizpireta miró hacia donde su mama señalaba y vio un puzzle muy muy grande sobre una mesa, como a ella le gustaban, de muchas piezas. Entonces abrió mucho los ojos y con una sonrisa y le dio un beso a su mama.
La madre de Pizpireta se fue tranquila, y la niña se quedó allí, entre puzzles y cuentos, con aquella señora rubia a la que aprendió a llamar seño.
De: elcorreo.com
es muy bonito pero creo que esta con mal ortrografia
Me gustaMe gusta
esta bien no tiene ningun error de ortografis
Me gustaMe gusta