El término español “pascua” proviene del latín páscae, que a su vez proviene del griego πάσχα (pasja), una adaptación del hebreo פסח (pésaj), que significa “paso”.
El verdadero origen de la Pascua se remonta al año 1513 antes de Cristo.
El pueblo judío salió de Egipto (dirigido por Moisés), hacia la Tierra Prometida, lo que supuso su liberación de la esclavitud. Para conmemorar esto celebraban la Pascua, en ella comían hierbas amargas para recordar la esclavitud y cantaban y comían el Cordero Pascual que debía ser un macho cabrío, sano y de un año de edad. Se sacrificaba al finalizar el día y se comía por la noche.
Durante los siete días posteriores al 14 de Nisán (mes del calendario israelita correspondiente a marzo – abril del calendario actual), el pueblo hebreo sólo comía pan ázimo (no fermentado).
Más tarde, el Cordero Pascual sería sustituido por pequeños pasteles de carne de cordero, que se distribuían a los feligreses.
Para los cristianos, la Pascua es la fiesta instruida en memoria de de la resurrección de Cristo. La noche antes de morir, Jesús instituyó la Eucaristía en la cena que tuvo con sus discípulos y les dijo que siguieran celebrándola en su memoria, cada año. Así sería Jesús el cordero que se sacrificaría por la humanidad
Los primeros cristianos celebraban la Pascua del Señor, al mismo tiempo que los judíos, durante la noche de la primera luna llena pascual (del día 14 de abib), del primer mes de primavera.
A mediados del siglo II, la mayoría de las iglesias había trasladado esta celebración, al domingo posterior a la festividad Judía. El Viernes Santo y el día de la Pascua Florida (se llama así porque es en primavera) no empezaron a celebrarse como conmemoraciones separadas en Jerusalén, hasta finales del siglo IV. En el Primer Concilio de Nicea (en el 325 d.C..) se separó la celebración de la Pascua judía de la cristiana, quitando a esta los elementos hebreos. Sin embargo dejaron el carácter móvil de la fiesta recordando que Cristo resucitó en la Pascua hebrea.
Hoy día la Iglesia católica mantiene el carácter móvil de la fecha de Pascua así, el Domingo de Pascua es una fiesta móvil, esto significa que no se fija en relación al calendario civil. El Primer Concilio de Nicea estableció la fecha de la Pascua como el primer domingo después de la luna llena tras el equinoccio de primavera en el hemisferio norte. La fecha por tanto, varía entre el 22 de marzo y el 25 de abril. El cristianismo oriental basa sus cálculos en el calendario juliano, por lo que su fecha se sitúa entre el 4 de abril y el 8 de mayo.
El origen pagano de la Pascua viene de la Diosa de la fertilidad mesopotámica Ishtar, adorada por los babilonios, asirios, fenicios, cananeos e incluso los hebreos. También es por eso que en inglés Pascuas aún se nombra Easter y en alemán Oestern.
Entre los siglos IX y XVIII, la Iglesia prohibió el consumo de huevos durante la cuaresma (cuarenta días antes del Domingo de Ramos) por considerarlo equivalente a la carne, y por ello la gente los cocía y los pintaba para diferenciarlos de los frescos y poder consumirlos el día de Pascua. Con el tiempo, estas tradiciones se incorporaron a la festividad de Pascua de Resurrección y hoy en día el huevo de Pascua es un símbolo universal. Para muchos, el huevo se asemeja a la resurrección como un símbolo de vida nueva.
En Europa se mantiene la costumbre que data desde la Edad Media de adornar huevos con teñidos y pintados. El comercio y la modernidad por su parte se ha encargado de incorporar los huevos de chocolate, y los huevos de plástico para ser llenos de dulces, y que según la leyenda son escondidos por el conejo de Pascua para que los niños los busquen, y por consiguiente, los encuentren y se los coman. En Argentina, Chile y Uruguay, se conserva la tradición de regalar huevos de Pascua decorados artesanalmente con glasé multicolor o bien en chocolate. Mientras, en el norte de México huevos rellenos de confeti, conocidos como cascarones, son decorados y cubiertos con papel.
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