Lucas, labrador de un pueblo, se fue por la mañana a la feria, el día de San Miguel. Después de mucho mirar y remirar, compró seis burros y, muy contento, se puso en marcha para regresar a su casa.
Hizo la primera parte del camino a pie. Luego se sintió cansado y se montó en uno de los burros.
Al poco rato, se le ocurrió contar a los borricos que llevaba; y, ¡oh sorpresa!, no veía delante de sí más que cinco. Volvió a contar por segunda vez, y … los mismo: no salían en la cuenta más que cinco burros.
– ¡Qué disgusto! El pobre labrador miraba a todas partes. Contaba sus burros una y otra vez. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. ¡Caracoles, pues no hay más que cinco!.
Andando, andando, llegó a su casa medio desesperado. Sin apearse del burro, llamó a su mujer y le dijo:
– No me lo explico, mujer. En la feria compré seis burros. No he perdido ninguno y, por más que cuento no veo más que cinco.
– ¡Pobre tonto!, tranquilízate. Tú no cuentas más que cinco y yo veo ahora mismo siete!.
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ES BUENA LA ENSEÑANASA DE LA LECTURA DEBEMOS DE SER SIEMPRE ATENTOS DE NUESTROS ACTOS SALUDOS A TODOS LOS LECTORES
NOTA SOY DE ECUADOR
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hola me parece muy interesante el cuento es muy creativo y muy comico me gusto mucho me dejo una gran sonrisa espero que sigan haciendo nuevos cuentos
att: thaylin soy de colombia
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