La séptima carrera (para la perseverancia)


En Escocia había un rey llamado Roberto I Bruce. Su reino estaba amenazado por Robert-The-BruceInglaterra, cuyo monarca, Eduardo I, había enviado a un ejército para apropiarse de sus tierras. Los escoceses ya estaban cansados y el reino poco a poco caía en la pobreza.

Roberto quería hacer la paz, pero tomar las armas le parecía inadecuado. Así que un día envió un emisario a la corte del rey Eduardo para proponerle que resolvieran todo mediante una competición de caballos. Si Roberto ganaba, los invasores se irían de sus tierras pero si Roberto perdía, se las entregaría.

La carrera se llevó a cabo en la Isla de Rathlin. Roberto perdió, pero le pidió una nueva oportunidad al enemigo.

– Piensa que mi patria está en juego – dijo al rey Eduardo.

Seguro de que Roberto no lo lograría, el enemigo le dio cinco oportunidades más. En todas lo venció. Una tarde de lluvia Roberto se refugió en una caverna, triste y sin esperanza. Entonces, sobre su cabeza vio a una araña muy pequeña que trataba de tejer su tela entre dos paredes. En seis ocasiones intentó tender el hilo de un extremo a otro, pero no lo logró.

– “Pobre animalillo” pensó el rey “tú sabes lo que son seis derrotas seguidas”.araña

Pero entonces notó que la araña lo estaba intentando de nuevo y observó con gran interés lo que ocurría.

– “¿Volverá a fallar?” se preguntó.

Pero en la séptima ocasión la araña consiguió su objetivo y siguió tejiendo. Inspirado por ese hecho pensó:

– “Si ella lo hizo ¿por qué no pruebo una vez más?”

Con ánimo renovado fue en busca del monarca inglés y le pidió una última oportunidad.

– Si en esta ocasión pierdo, me iré para siempre a las montañas – le informó.

– ¡Pobre ingenuo!. Te la daré para mostrarte que las tierras no son para ti – respondió, confiado, el contrincante.

En la séptima carrera Roberto puso todo su entusiasmo. Su caballo parecía compartirlo con él. Uno y otro dieron lo mejor que tenían de sí hasta casi perder el aliento. Para sorpresa de todos, fueron los primeros en llegar a la meta. El rey de Inglaterra admiró la perseverancia del contrincante. Como hombre de honor que era, poco después reconoció la independencia de Escocia.

Hasta la fecha quienes viven allí recuerdan a la esforzada araña que, con su perseverancia, inspiró la última carrera.

Leyenda escocesa

1 comentario en “La séptima carrera (para la perseverancia)

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