Está claro que a los niños les disgusta que les riñamos, pero a veces ni siquiera entienden porqué lo hacemos. Cuando no nos gusta su comportamiento le soltamos un sermón, aunque con frecuencia nos sorprendemos de lo poco efectivo que resulta. Por eso podrías probar con un cuento. Explica el relato con un lenguaje que el niño entienda; los personajes de ficción le ayudarán a percibir la historia como un ejemplo y no como una reprimenda.
Los cuentos son una herramienta lúdica y didáctica, aunque su propósito no es sustituir los métodos que utilizamos los padres para educar a nuestros hijos. El cuento complementa la educación del niño de manera creativa y es, además, una forma eficaz y divertida de transmitir mensajes y de fortalecer el vínculo con tu hijo. A través de los relatos, los niños practican habilidades como escuchar, visualizar y fantasear.
No debemos caer en el error de explicarle porqué le contamos ese cuento y cuál es la conclusión que debe sacar. Dejemos simplemente que interprete el mensaje por sí mismo.
Os iré especificando qué tipo de cuento es mejor según la edad:
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