El bacalao curioso


Érase una vez un pequeño bacalao que vivía en el fondo del mar. No era un animal muy bacalao (1)feliz, ya que tenía que soportar las inclemencias del ambiente, a ciertos depredadores o cosas por el estilo.

Un día a sus aguas llegó un gran sujeto con una caña de pescar y con una sonrisa maliciosa; su mirada reflejaba alegría y tenía un objetivo muy claro, pero el bacalao en su inocencia no pensó que ese sujeto venía por él, o bueno, por algún otro pez que se animara a descubrir qué era esa cosa de colores que estaba incrustada en la caña de pescar.

El bacalao tenía recuerdos vagos de advertencias que le habían hecho los peces mayores sobre sujetos con cañas, justo como la que tenía el tipo que estaba frente a él, pero no recordaba para qué las usaban. Surgieron dos teorías en su curiosa e inocente mente: la primera era que las usaban para que peces como él se divirtieran jugando con esa colorida cosa intrigante; la segunda era que las tenían para sacar a los peces del agua y llevárselos de ahí a otro lugar.Pesca de bacalao

El bacalao no sabía qué hacer, estaba ante el dilema de prevenir que lo llevaran a otro lugar o de divertirse con esa cosa de varios colores; pero por fin se decidió a preguntarle, porque hasta eso no parecía una mala persona. Así emergió del agua dispuesto a preguntarle cuál era el objetivo de su caña; pero apenas lo vio el pescador, tomó su red y sacó al pez del agua.

El bacalao comprendió entonces que no debería ser tan curioso, y que era necesario poner mayor atención a los mayores: en muchos casos es mejor prevenir que lamentar.

De: http://redescolar.ilce.edu.mx/

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