En verano el sol calienta la tierra durante el día, el calor que genera se transmite al aire, que al calentarse, se hace más ligero, sube, se expande (al pesar poco) y se enfría. Esa masa de aire caliente viene cargada de una humedad que retiene, pero como el aire frío no es capaz de retener la humedad, se desprende de ella y forma la lluvia.
Aparte de la abundante lluvia, las tormentas de verano, generalmente, van acompañadas de tormentas eléctricas muy aparatosas, con relámpagos que mantienen el cielo iluminado continuamente y otras veces con gran cantidad de rayos y truenos.
Lo que HAY que hacer y NO hacer durante una tormenta eléctrica:
- Buscar un refugio.
- Apagar y desconectar todos los aparatos eléctricos: electrodomésticos, ordenadores, fax, quitarse los casquitos y dejar los videojuegos.
- Evitar el contacto con agua, tuberías, no ducharse ni bañarse.
- Los sótanos son generalmente un lugar seguro donde refugiarse, pero hay que evitar tocar las paredes porque seguramente tienen estructuras metálicas.
- Si la tormenta nos pilla fuera y no encontramos un refugio, no cobijarse debajo de árboles altos y solitarios, hacerlo debajo de arbustos o árboles de altura uniforme, como un bosque.