Mauricio Ravel


Es un compositor francés que nació en 1875 en  Ciboure, (Francia) y murió en París, 1937.  Fue Conocido universalmente por el Bolero, su catálogo, aunque no muy Maurice-Ravel-28 extenso, incluye una serie de obras hasta cierto punto poco conocidas que hablan de un autor casi misterioso. Concebía su arte como un precioso artificio, un recinto mágico y ficticio alejado de la realidad y las preocupaciones cotidianas. Stravinski lo definió con acierto como «el más perfecto relojero de todos los compositores», y así hay que ver su música: como la obra de un artesano obsesionado por la perfección formal y técnica de su creación.

Nacido en el País Vasco francés, heredó de su padre, ingeniero suizo, su afición por los artilugios mecánicos y de su madre, de origen vasco, su atracción por España, fuente de inspiración de muchas de sus páginas. Aunque inició sus estudios musicales a una edad relativamente tardía, cuando contaba siete años, siete más tarde, en 1889, fue admitido en el Conservatorio de París.

Discreto pianista, su interés se centró pronto en la composición, campo en el que dio muestras de una gran originalidad desde sus primeros trabajos, como la célebre Pavana para una infanta difunta, si bien en ellos es todavía perceptible la huella de su maestro Fauré y de músicos como Chabrier y Satie.

En esta Pavana para una infanta difunta evoca la digna elegancia de una recepción en la corte real de España, así como el grácil movimiento de una infanta en los pasos de una pavana (una danza lenta procesional que gozó de gran popularidad entre el siglo XVI y el siglo XVII). No significa que desee homenajear a alguna ravel princesa histórica en particular, sino más bien expresar un entusiasmo por la moda y la sensibilidad española que Ravel compartía con sus muchos de sus contemporáneos (sobre todo Debussy, de Séverac e Albéniz) y que manifestó en otras obras, tales como la Rapsodia española y el Bolero. Según algunos, Ravel quizás pensaba en Margarita Teresa de España, hija del rey Felipe IV de España. Ravel dedicó la Pavana a su patrona, la Princesa de Polignac.

Pero su obra célebre es su Bolero, un ballet compuesto y dedicado a la bailarina Ida Rubinstein, su inmediato éxito y rápida difusión universal lo convirtieron en uno de los exponentes de la música del siglo XX.

Movimiento orquestal inspirado en una danza española, se caracteriza por un ritmo y un tempo invariables, con una melodía obsesiva, en do mayor, repetida una y otra vez sin ninguna modificación salvo los efectos orquestales, en un crescendo que, in extremis, se acaba con una modulación a mi mayor y una coda estruendosa.

Pese a que Ravel dijo que consideraba la obra como un simple estudio de orquestación, el Boléro esconde una gran originalidad, y en su versión de concierto ha llegado a ser una de las obras musicales más interpretadas en todo el mundo, al punto de que hasta el año 1993 permanecía en el primer lugar de la clasificación mundial de derechos de la «Société des auteurs, compositeurs et éditeurs de musique».