La pereza

– ¡Riiiiiiiiinnnnnnnnn! ¡riiiiiiiiiiinnnnnnnnnnnn!

Quique oye el despertador. Se incorpora en la cama.

– ¡Qué pronto ha tocado hoy!

Enciende la luz y mira el reloj: las ocho y media. Le gustaría quedarse un rato más en la cama.

Pero en aquel momento recuerda la triste historia de Darío que contó un día el profesor, y se levanta.

El cuento decía así:

Erase un niño que siempre llegaba tarde a todas partes. Se llamaba Darío.

Cuando su madre le despertaba por la mañana para que se levantara, contestaba:

– ¡Voy!

Pero daba media vuelta y seguía en la cama. Y así siempre.

Cierto día se declaró un incendio en su casa. Era en las primeras horas de la madrugada. Cuando sus padres, asustados, le llamaron para que se vistiera de prisa, contestó como de costumbre:

– ¡Ya voy! …

Y dando media vuelta, siguió en la cama.

Acudieron los bomberos y, uno de ellos consiguió salvar al perezoso Darío. Momentos después se hundía el techo de la habitación. Darío resultó herido en un brazo que los médicos tuvieron que curar para evitar una infección.

Por eso Quique se levanta siempre cuando le llaman.