En realidad, el grillo no canta; ejecuta instrumentalmente su estridulación. ¿Quién no ha oído alguna vez el alegre gri-gri de este trovador del campo? Lo produce cuando sus alas se mantienen alzadas en ángulo de unos cuarenta y cinco grados. Entonces sus alas (loe élitros) entran en vigorosa frotación, y la doble lima que cada uno de ellos posee crea en la base en área de resonancia que origina el famoso “canto”.
Pingback: ¿Por qué … ? « En Clave de Niños