
Una noche, Haojia fue a buscar un poco de agua al pozo. Para su sorpresa, cuando miró dentro, encontró la luna hundida en él brillando:
- ¡Oh, Dios mío!, ¡Qué lástima! ¡La hermosa luna se ha caído en el pozo!.
Así que corrió a casa en busca de un anzuelo, lo ató con una cuerda a su cubo y luego lo tiró al pozo para pescar a la luna.
Después de un largo rato de esperar a pescarla, Haojia se alegró de descubrir que algo había sido atrapado por el anzuelo. ¡Debió pensar que era la luna!. Tiró con fuerza de la cuerda y debido al fuerte tirón, la cuerda se rompió en pedazos y Haojia cayó de espaldas. Entonces vio la luna de nuevo en lo alto del cielo y suspiró con emoción:
- ¡Ajá, finalmente volvió a su lugar! ¡Qué buen trabajo!
Se sintió muy feliz y contó a todos los que se encontraba con gran orgullo lo que había hecho ¡había salvado a la luna de morir ahogada!.
Cuento chino